Para determinados oídos

Para determinados oídos

Mi reloj marca las 00:09 y escucho con mucho corazón una hermosa melodía: “Sentimientos”, de los maestros Andrés Linetzky & Ernesto Romeo.

Es curioso (y a la vez, muy lógico) que todo ser humano escuche música que represente su estado de ánimo; pero es más curioso que existan ciertas melodías que, a través de sus  acordes, armonías y tonalidades, logren en todo momento transmitir las mismas sensaciones… para determinados oídos.

“Sentimientos” es una hermosa pieza de “electro tango” que logra socavar tus sentimientos y aflorar lo que está más oculto dentro del corazón, pero estoy seguro que a muchos otros los inunda de calma y serenidad, mientras que en otros hará surgir pasión y vigor, e incluso, en otros despertará su aburrimiento.

La música no adquiere su belleza únicamente por el correcto uso de armonías que haga el autor o por la destreza del intérprete con algún instrumento, sino por el sentimiento que transmite y la forma en que lo hace. He ahí el por qué de que las personas tengan gustos musicales tan diversos, puesto que un individuo gustará de cierto género o artista en función de cuán identificado esté con dicha elección, lo cual, a su vez, justifica el hecho de que la música que para algunos resulte aburrida o fastidiosa para otros será la mejor forma de encontrarse a sí mismos.

Siempre me he cuestionado acerca de cuál es el mejor género musical, sin llegar a una respuesta concreta; pero últimamente he llegado a pensar que no existe música peor o mejor que otra. Es simple: cualquier composición es hermosa… para determinados oídos.  La diferencia radica en que unos buscarán la música más popular, mientras que otros querrán escuchar algo diferente, algo que no esté en las manos de todos. Unos buscarán tener en su biblioteca musical lo más nuevo, lo más escuchado, lo que se encuentre en las cimas de las listas mundiales, pero otros querrán ir más allá y explorar un universo de posibilidades, que si bien podría estar al alcance de cualquiera, sencillamente no lo está por la simple razón que no todos tenemos (me atrevo a incluirme) hambre de esa música desconocida que fácilmente podría ser decepcionante (y que nada nos haría perder)  o que podría ser bella y hermosa, y sobre todo, brindarnos el maravilloso placer de escuchar música que no está en las manos de todos.

A continuación les comparto el video de esa melodía que inspiró estas líneas y que es hermosa pero sólo… para determinados oídos.

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